martes, 23 de julio de 2024
Es por todos bien conocido que las principales amenazas en presión de plagas en la industria de los invernaderos son la Mosca blanca y los pulgones o trips, por su gran capacidad de transmisión de enfermedades, y más aun por la resistencia que han desarrollado hacia los principales insecticidas.El control de insectos chupadores es crítico en la prducción bajo invernadero y debería ser una de la principales consideraciones al estudiar un sistema integrado de control de plagas. Con el constante incremento en los pesticidas y las pérdidas que puede causar un problema de virosis en el invernadero. El uso de mallas especializadas cada vez hace más y más sentido, ya que al reducir la población de insectos disminuimos con ello las incidencias de enfermedades transmitidas por estos, además de requerir un menor número de aplicaciones, convirtiéndose las mallas en una alternativa bastante rentable.Esto sin duda pareciera ser una solución bastante obvia y sencilla, sin embargo, debido al gran número de fabricantes de todas nacionalidades, y de productos que existen en el mercado, existe una gran cantidad de alternativas en productos que pueden generar cierta confusión en el tema. Muchas veces el resolver un problema, con una visión limitada, nos puede llevar a otro más grave. Por ejemplo, podemos restringir el flujo del aire que entra al invernadero por las ventanas ya que cualquier malla que se instale en ellas bloquearán de manera importante el intercambio de aire tan necesario para poder enfriar y controlar el clima en el invernadero, incluyendo el tema de la humedad. Pareciera entonces que nos enfrentamos a un mal necesario ya que aparentemente todas las soluciones aparentemente han sido concebidas de la misma manera ofreciendo poca información técnica de fondo al productor para tomar decisiones informadas.
Haciendo un poco de historia, cuando se comenzaron a producir mallas para la exclusión de insectos, la única información disponible para el usuario a manera de referencia era la cantidad de hilos que había tanto en sentido horizontal como en sentido vertical. Se ofrecía una unidad de área que podía ser centímetros cuadrados, o bien pulgadas cuadradas, comúnmente conocida como Mesh. Esto nos daba una idea de la densidad de la malla para saber si el entramado era más cerrado o abierto, pero no definían concretamente las dimensiones de los claros o luces (huecos de la malla). Puesto que la entomología define las dimensiones de los insectos en micras, los Mesh resultan ser una unidad incongruente de comparación, por lo que lo más acertado es tener una referencia certera en milímetros de las dimensiones de los claros o huecos de las mallas para poder hacer una comparativa directa, sobre si determinado insecto geométricamente es más chico o grande que el hueco por el cual intenta pasar.
A principios de los 1990s se realizaron varias investigaciones relacionadas al “micro” enmallado y fue reportado que debido a su aspecto esbelto los trips solo pueden ser excluidos por mallas con unos hoyos o ventanas muy finas. La dimensión máxima recomendada para excluir, por ejemplo, los trip de las flores en la ventana de la malla no debe ser mayor a 192 micras (mm). Dado esto, y solo para poner una referencia, el cabello humano está entre los rangos de 170 a 181 mm. Al mismo tiempo surgió la incertidumbre que al reducir el hueco para restringir el paso de insectos, se restringiría el paso de aire a través de ella debido que aumentarían los espacios llenos por los hilos, con la consecuencia de sobre calentar los invernaderos, por lo que al mismo tiempo se desarrollo el concepto de fabricar mallas con hilos mucho más finos que las convencionales, para aumentar la porosidad y con ello obtener una malla con una abertura de hueco reducida adecuada al trip, reduciendo lo mínimo posible el paso del aire a través de ella.
Recientemente, en Latinoamérica se ha comenzado a poner más atención en el tema de colocar mallas de mejor calidad, aumentando el nivel de especificaciones técnicas de los proveedores de mallas poniendo especial atención a la manera en que están fabricadas y las especificaciones geométricas de huecos que corresponden a as adecuadas para excluir al insecto en cuestión, a un diámetro de hilos más delgados que aseguren un mejor flujo de aire dentro del invernadero. Prueba de ello ha sido un estudio realizado en el Colegio de Posgraduados en Texcoco, Estado de México (COLPOS), que surgió a iniciativa de los técnicos (Grower) del área del centro de México, y secundada por ACEA, compañía con más de 35 años en la construcción de invernaderos, y que entendió perfectamente el concepto de la porosidad en las mallas, para tener un mejor control climático y de población de plagas, y SVENNSON empresa con 126 años de innovación textil. En conjunto se mandó al laboratorio del COLPOS muestras recolectadas de Trips de Querétaro y muestras de mallas de varios fabricantes, para hacer un estudio de microscopia para con ello determinar las medidas de los trips y de las mallas que mejor podrían excluirlo.
El estudio fue llevado a cabo por el maestro en ciencias Jorge Valdez, investigador del departamento de entomología y microscopia del Colegio de Postgraduados, arrojándonos unas imágenes a escala de microscopio óptico bastante descriptivas, donde podemos comprender mejor la estructura propia del trip y del porqué es tan complicado su exclusión de manera eficaz.
Espera en próximas publicaciones los resultados del estudio en la mosca blanca.
Un buen consejo
La elección de un buen sistema de mallas es la mejor manera preventiva para evitar el establecimiento de poblaciones de trips. Sin embargo la operación y el mantenimiento son muy importantes, asegúrate que las buenas prácticas de cultivo sean seguidas por los trabajadores y que sigan el protocolo establecido para ingreso y salida de los invernaderos para que no traigan consigo trips en sus ropas, pelo, herramientas o carritos, y los ingresen de un invernadero a otro.
Los hoyos en las mallas son muy pequeños, verifica periódicamente daños en las mallas por daños mecánicos que son comúnmente causados por las propias ventanas o cremalleras, cualquier rasgadura o daño son invitaciones de ingreso de los trips, las cuales pueden ser reparadas con un parche del mismo modelo de malla, sellado los perímetros con un poco de silicón. Otra sugerencia es mantener las mallas limpias tallándolas con un cepillo suave con agua y jabón para limitar la acumulación de polvo y lodo o bien usando una maquina a presión cuidando que esta no sea excesiva para abrir la apertura de los hoyos.
Para más información o si requieres el reporte completo del estudio puedes contactarnos:
jorge.gonzalez@ludvigsvensson.com
Agradecimientos especiales al Maestro en ciencias Jorge Valdez, del Colegio de Posgraduados por su valiosa colaboración.
MIP