miércoles, 20 de noviembre de 2024
El calentamiento global ha sido un desastre para ciertos organismos, mientras que para otros representa algo similar a un paraíso. Las temperaturas elevadas están empoderando a una plaga muy peligrosa, los ácaros. Se trata de un complejo de especies muy pequeñas como para verlas en detalle a simple vista, pero representan una amenaza silenciosa de enorme riesgo en la producción agrícola.
Para alimentarse introducen a las células de la planta su estructura bucal que se conoce como estilete y por ahí succionan vorazmente los líquidos de ésta. Ese líquido no solo se compone de agua, sino también de nutrientes esenciales. Aun cuando es poco lo que un ácaro necesita para cubrir sus necesidades nutricionales, se reproducen tan rápido que entre todos debilitan a la planta y reducen su capacidad para fotosintetizar (Jakubowska et al. 2022); es decir, impiden que aproveche la luz del sol para desarrollarse. Los daños pueden escalar y acabar con la esperanza de que el agricultor recupere su inversión. En ataques extremos, se provoca la caída de hojas a la planta afectada y muere.
El problema
Una de las estrategias que ha resultado efectiva para esta plaga ha sido su invasión casi invisible al cultivo. Es difícil que el agricultor note la presencia del enemigo que ha llegado, a menos que cuente con un sistema de muestreo confiable. Además, es indispensable disponer de un umbral de acción para saber en qué momento se justifica una intervención química. Es normal que el productor disponga de poco tiempo para actuar de manera efectiva contra estos “pequeños gigantes”. Contar con un sistema de muestreo y un umbral de acción crucial, aunque importantes, solo representa la mitad de la solución del problema. El uso armónico de todas las tácticas de combate representa el otro 50%. Dentro de estas tácticas se encuentra el uso de acaricidas. Sin embargo, el uso desordenado de dichos agroquímicos convierte el estrés en una pesadilla, debido al desarrollo de resistencia.
En este documento nos centramos en explicarle al lector la mejor estrategia que se tiene para el manejo de acaricidas en berries.
Los cultivos de alto valor comercial como berries son muy atractivos para los ácaros. Aunque existen muchas especies de estos mismos tipos de plagas, en berries los problemas los ocasionan la araña roja (Tetranychus urticae), la araña ciclamina (Tarsonemus sp.), ácaro del berry rojo (Acalitus sp.), ácaro blanco (Polyphagotarsonemus latus Banks) y falsa araña roja (Brevipalpus yothersi Baker) (Ayala-Ortega et al. 2019). Los agricultores deben estar muy atentos acerca de lo que pasa en sus huertos pues debido al calentamiento global, esta lista de ácaros-plaga no solo puede aumentar, sino que puede involucrar especies invasoras mucho más peligrosas.
Ante estos riesgos monumentales, es común que los productores tomen una ruta equivocada que les brinde tranquilidad momentánea pero que a mediano plazo se vuelva insostenible. ¿A qué nos referimos? Al desarrollo acelerado de resistencia derivado del aumento en la dosis, uso de mezclas que no se justifican, reducción del intervalo de aplicaciones, entre otros. Con este abuso, en un tiempo relativamente corto, el peligro real se empieza a materializar con la presencia dominante de individuos resistentes a las aspersiones (Walsh et al. 2022). Los trabajadores del campo exponen su salud al manejar dosis más altas y el ambiente también sufre de afectos adversos. Muy importante, el consumidor puede pagar las consecuencias no solo con daños a su salud, sino hasta con la vida, si desarrolla un cáncer derivado del consumo de alimentos con niveles de residuos peligrosos.
Por su parte, los ácaros plaga no tienen inconveniente de adaptarse a las dosis más elevadas que el productor pueda aplicar. De hecho, experimentalmente hemos tenido individuos de la araña roja que pueden soportar sin dificultad el equivalente a 100 veces la dosis comercial. Por ejemplo, un acaricida cuya etiqueta recomiende aplicar un kilogramo por hectárea, individuos de esta especie pueden sobrevivir y reproducirse aun si recibiera una aspersión de 100 kg/ha. Nadie en su sano juicio aplicaría dicha dosis, pero los ácaros “en su sano juicio” la podrían soportar y reproducirse sin mayor problema. Entonces, la lección es clara, el abuso es un callejón sin salida. La opción es el uso inteligente del manejo integrado que incluya opciones rotacionales efectivas de acaricidas debidamente registrados.
La solución
Los ácaros que se alimentan de las plantas cultivadas son enemigos de respeto. Por tanto, no intente mantenerlas a raya con el uso exclusivo o dominante de los acaricidas. No solo es importante, sino indispensable recurrir al poder del Manejo Integrado de Plagas (MIP). Se trata de una filosofía que no confía en un solo eje de ataque, sino que mantiene a la plaga a niveles tolerables mediante la integración armoniosa de tácticas de combate, utilizadas en escenarios de rentabilidad, respeto al ambiente, aceptación cultural, y eficacia (Deguine et al. 2021). Dentro de estas tácticas se encuentra el uso inteligente de acaricidas y en este documento nos centraremos en esto último.
Estrategia en anillado
El Colegio de Postgraduados desarrolló la estrategia en anillado de acaricidas para ayudar a los productores a hacer frente de manera eficaz a los ácaros-plaga. Esta estrategia consiste en usar, de manera intercalada, acaricidas convencionales y acaricidas de origen natural (Figura 1). Por primera vez, se planteó utilizar a los acaricidas de origen natural también como una herramienta importante para combatir la resistencia a los acaricidas convencionales.
Todos los acaricidas que participan en la rotación deben cumplir las siguientes características: uso legal para la combinación cultivo-plaga, aplicarse de acuerdo con las indicaciones de la etiqueta y no estar caducos.
Es conveniente iniciar las aplicaciones con un acaricida que genere un colapso de la densidad de todos y cada uno de los estados biológicos del ácaro (huevo, larva, ninfa y adulto). No solo vamos a tener un excelente control contra las formas móviles, sino que también vamos a impedir que los huevos sean viables y, por lo tanto, no puedan regenerar rápidamente la densidad de población. Posteriormente, aplicaremos un acaricida de origen natural que tendrá mejores condiciones para expresar su potencial biológico ante densidades bajas del ácaro plaga. Además, este tipo de compuestos biorracionales nos permitirá eliminar una cantidad importante de ácaros resistentes al producto convencional previamente aplicado. Por si fuera poco, la carga química de acaricidas convencionales se reduce 50%. El ambiente y el consumidor te lo van a agradecer. Los productos convencionales que se aplican deben rotarse entre sí para ayudar a mitigar aún más la resistencia. En caso de que se usen acaricidas de origen natural con elevada propensión a resistencia, como es el caso de la abamectina, también se deben de rotar.
Rotación en anillado para el combate de ácaros en berries
Para ilustrar la rotación en anillado en berries, presentamos un ejemplo con siete acaricidas donde se incluyen productos convencionales y de origen natural (Figura 2). Sugerimos que, una vez que la especie de ácaros-plaga en cuestión haya llegado al umbral de acción, se apliquen acaricidas que combatan a todos los estados biológicos como el acequinocyl o el bifenazate (ambos con modo de acción 20 de IRAC) (IRAC, 2024). Posteriormente, se aplicaría un producto de origen natural que ejerza una eficacia biológica satisfactoria contra las formas móviles como son los aceites esenciales (geraniol + citronelol + nerolidol + farnesol). Luego continuaríamos con hexytiazox (modo de acción 10 según IRAC) que es un regulador del crecimiento que tiene acción ovicida, larvicida y ninficida. De continuar la densidad de ácaros en un nivel que justifique otra aplicación, la opción sería el monolaurato de propilenglicol, un compuesto de origen natural que mata a los ácaros por asfixia y deshidratación.
Después del monolaurato puede ser viable utilizar abamectina (modo de acción 6 de acuerdo con IRAC). La abamectina, aunque es de origen natural, debe ser utilizada con los mismos criterios que un acaricida convencional debido a la alta propensión a generar resistencia.
Tras aplicar abamectina, el azufre elemental es una buena opción. El azufre proviene del reino mineral y posee elevada toxicidad contra las proteínas e interfiere adversamente con las reacciones metabólicas de la célula. Finalmente, sugerimos se aplique en fenpyroximate (modo de acción 21 según IRAC) que inhibe el transporte mitocondrial del Complejo I y actúa tanto por contacto como por ingestión.
Consideraciones generales
Utilice únicamente acaricidas registrados, y si tiene en mente exportar, asegúrese de que el país comprador permita su uso. Las propuestas de rotación que presentamos en anillado no significan que se tengan que usar todos ellos. Un manejo adecuado de los ácaros tiene alto potencial de usar menos cantidad de productos que los que se indican. Para facilitar la comprensión de esta estrategia, hemos proporcionado ejemplos con ingredientes activos específicos que han demostrado su eficacia en el combate de ácaros plaga. Sin embargo, el agricultor puede variar la lista de ingredientes activos siempre y cuando este permitido legalmente su uso, tengan una efectividad biológica aceptable y se respete la alternancia de acaricidas convencionales y acaricidas de origen natural.
Elaborado en conjunto con UPL Agro México
Para mayor información de la línea de
acaricidas de UPL visita www.upl-ltd.com/mx
Berries o Frutillas