miércoles, 23 de abril de 2025
La multiplicación o propagación vegetativa es la producción de una planta a partir de una célula, un tejido, un órgano o parte de una planta madre. Existe una gran variedad de métodos, desde los procedimientos más sencillos (estacas) hasta los tecnológicamente más complejos (cultivo in vitro).
Un método de multiplicación de plantas, muy utilizado por los agricultores, es la multiplicación o propagación vegetativa, el cual no precisa de semillas para obtener una nueva planta, se trata de aprovechar la propiedad que presentan algunos vegetales de que una parte de la planta puede separarse y desarrollar una nueva planta independiente.
La propagación vegetativa se conoce desde el inicio de la Agricultura con la domesticación de muchas especies de plantas que se cultivan hasta nuestros días. En este tipo de propagación, distintas partes de una planta, bajo determinadas condiciones de crecimiento (luz, temperatura, humedad, nutrientes, sanidad, etc.) pueden dar origen a un individuo completo.
La propagación vegetativa se puede realizar debido a que muchas células de los tejidos diferenciados (maduros) de la planta, conservan la totipotencialidad, con esta característica una célula ya adulta puede desdiferenciarse (retomar la actividad meristemática) y multiplicarse dando origen a los órganos vegetativos (raíz, tallo y hojas).
Ventajas de la reproducción vegetativa
La propagación vegetativa ha adquirido gran importancia y comprende un variado conjunto de técnicas que permiten multiplicación de numerosas especies de interés agronómico. Algunas de sus ventajas son:
Cabe destacar que la misma uniformidad de la descendencia es una desventaja en caso de que el ambiente cambie, ya que todos los individuos pueden ser susceptibles a nueva plaga o a cambio de condiciones climáticas.
Tipos de Multiplicación vegetativa
Los métodos de propagación pueden ser clasificados como naturales, según si se trata de estructuras propias de las plantas que le permiten reproducirse asexualmente (bulbos, tubérculos, rizomas, estolones, hijuelos, etc.) o artificiales si son producidas por el hombre (estaca, esqueje, injerto, acodo y cultivo in vitro).
Estacas o esquejes
La propagación por estacas es una técnica de multiplicación vegetal en la que se utilizan trozos de tallos, los que colocados en condiciones ambientales adecuadas son capaces de generar nuevas plantas idénticas a la planta madre. Estas porciones son fitómeros: es la menor porción formada por un nudo con la yema y una porción de los entrenudos superior e inferior que permite la multiplicación. Plantadas bajo condiciones ambientales favorables se induce a formar raíces, y luego desarrolla el brote vegetativo produciendo así una nueva planta independiente.
A menudo se usa esqueje para referirse a ramas jóvenes o de menor consistencia y estaca para tallos lignificados. La capacidad de una estaca para formar un sistema radical o caulinar adventicio depende de factores endógenos, es decir propios del material, y de factores exógenos (ambiente). Este es el método más importante para propagar arbustos ornamentales y varios cultivos arbustivos y leñosos. Un ejemplo de propagación de estacas leñosas de uno o dos años son las higueras (Ficus carica), pero se emplea para muchos frutales (vid, higuera, manzano, olivo, etc.) y para plantas ornamentales (rosal), y un ejemplo de propagación por estacas semileñosas son los olivos (Olea europea).
Algunos ejemplos de propagación de esquejes son los herbáceos, de raíz y de hoja. Los esquejes herbáceos se basan en la utilización de un tallo tierno, sin endurecer, del año, el cual solamente es adecuado para especies de fácil propagación como los geranios, cóleos, entre otros. En algunas plantas se propagan en cámaras de nebulización. En los esquejes de raíz se utilizan fragmentos de raíz, los cuales una vez plantados, son capaces de regenerar totalmente la parte aérea. Es un sistema muy bueno para plantas que se extienden por rizomas. La propagación por esquejes de hoja se realiza solo en plantas cuyas hojas almacenen suficientes sustancias de reserva como para poder generar raíces, como algunas crasuláceas.
La implantación de clones selectos permite que los cultivos presenten mayor homogeneidad, rendimiento y calidad. La propagación vegetativa se realiza por medio de la plantación de estacas de 5 a 8 cm de longitud y de 5 a 7 mm de diámetro) con una hoja y que sean de la brotación del año para que posea características de juvenilidad y así facilitar su enraizamiento adventicio, o se corta media lámina foliar para evitar el exceso de transpiración. El enraizamiento mejora con la aplicación de hormonas de enraizamiento que se aplican únicamente en la superficie de corte.
Propagación por Acodo
El acodo es un método de propagación en el cual se provoca la formación de raíces adventicias a un tallo que está todavía unido a la planta madre. Luego, el tallo enraizado, se separa para convertirlo en una nueva planta que crece sobre sus propias raíces. La rama acodada sigue recibiendo agua y minerales debido a que no se corta el tallo y el xilema permanece intacto. La formación de raíces en los acodos depende de la provisión continua de humedad, buena aireación y temperaturas moderadas en la zona de enraizamiento. Existen los acodos aéreos, de trinchera, de punta, entre otros. Esta técnica se utiliza comercialmente en ornamentales y en cultivos como la vid, pero funciona para muchas especies.
Propagación por injertación
La injertación es un método de multiplicación que consiste en unir porciones de plantas de manera que formen un solo individuo El injerto es un segmento de planta que se adhieren a otra receptiva (porta injerto o patrón) de mejores características como resistencia a enfermedades del suelo. Así el porta injerto está provisto generalmente de raíces y el injerto está destinado a formar la copa.
La formación de la unión del injerto y la secuencia de los pasos en la cicatrización es la siguiente:
El tejido recién cortado de la púa, capaz de actividad meristemática, es puesto en contacto íntimo y fijo con el tejido del patrón también recién cortado en condiciones similares, de tal modo que la región del cambium vascular de ambas partes esté en contacto estrecho. Las condiciones de temperatura y humedad deben ser tales que estimulen la actividad de las células recién expuestas y de aquellas que las circundan.
En la región del cambium, tanto del patrón como del injerto, las capas exteriores de células expuestas producen células de parénquima que pronto se entremezclan y enlazan; al resultado de esa actividad se llama “tejido del callo”.
Algunas de las células del callo recién formado que se encuentran en la misma línea con la capa intacta de cambium del patrón y del injerto se diferencian hasta formar nuevas células cambiales.
Esas nuevas células de cambium producen tejido vascular nuevo (xilema hacia el interior y floema hacia el exterior) estableciendo así conexión vascular entre patrón e injerto, requisito indispensable para que la unión del injerto tenga éxito.
Es importante mencionar que los injertos pueden transmitir enfermedades como virus, bacterias o micoplasmas, por lo que se avanzó hacia la técnica de microinjertos in vitro. El problema fue que no se disponen de plantas sanas, por lo que la solución fue usar los meristemos, los cuales tienen zonas en diferenciación con elevada actividad metabólica y aún no están completamente formados los tejidos vasculares, por estas razones son partes de una planta infectada que están libres del virus y se pueden reproducir in vitro.
Micropropagación o Cultivo in vitro
En esta técnica se utilizan células o pequeñas partes de tejidos u órganos denominados explantes, los mismos son cultivados en condiciones controladas de laboratorio. Gracias a la totipotencialidad, en un medio de cultivo prácticamente cualquier célula con núcleo logra (después de un período de desdiferenciación) iniciar el proceso formando un callo que originará nuevas plantas genéticamente iguales.
El procedimiento de cultivo de tejidos se inicia con la toma de segmentos de plantas o explantes que se esterilizan y se cultivan en soluciones nutritivas especiales, con frecuencia gelificadas. A estos medios se incorporan combinaciones adecuadas de hormonas de crecimiento para obtener una proliferación celular en el segmento. La formación de nuevas estructuras puede ser directa: a partir de células del explante, o indirecta, formando primero un callo o cúmulo de tejido poco diferenciado y amorfo.
El procedimiento de cultivo in vitro se aplica en una gran variedad de plantas desde hierbas, árboles, especies comestibles y ornamentales. El cultivo de tejidos y células vegetales tiene otras aplicaciones tales como: propagación clonal, obtención de líneas de plantas genéticamente muy uniformes, almacenamiento o transporte de germoplasma vegetal, producción a gran escala de plantas libres de agentes patógenos (ej. bacterias, virus).
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