
lunes, 17 de noviembre de 2025


La semana pasada, en el estado de Florida descendió la temperatura a niveles que no se veían desde hace más 30 años. Un frente ártico cubrió todo el estado, desde el Panhandle, donde las heladas fueron severas, hasta Tampa y Orlando, que amanecieron con temperaturas cercanas a los 0 °C. En el sur, incluso Miami y Homestead registraron mínimas de alrededor de 4 °C.
El frío afectó a todo y a todos. Las zonas hortícolas de Dade, East Coast, Southwest y Palmetto-Ruskin, que abastecen gran parte del tomate, pepino, chile bell, calabaza y berenjena durante el invierno estadounidense, sufrieron pérdidas significativas. En todas ellas, los agricultores pasaron días y noches encendiendo sistemas de riego, cubriendo cultivos y tratando de mitigar el daño.
En Dade, corazón del tomate fresco, los productores calculan pérdidas de entre 40 y 60%. En Homestead, muchos ya hablan de tener que resembrar parte de las parcelas. En la East Coast, donde predominan las hortalizas de hoja y el maíz dulce, las heladas quemaron el follaje y destruyeron buena parte del rendimiento esperado.
En el Southwest, particularmente en los condados de Collier y Lee, los técnicos del Departamento de Agricultura de Florida califican el daño como “severo”. Los frutos jóvenes de tomate y chile bell se congelaron literalmente en las plantas. En Immokalee y Naples, el panorama es desolador.
La región de Palmetto-Ruskin, al oeste de Tampa, también fue golpeada, aunque los sistemas de riego y ventilación lograron reducir el daño en las zonas más altas. En las parcelas bajas, las pérdidas rondan el 25%.
El impacto económico se sintió de inmediato. En los mercados mayoristas de Miami y Atlanta, los precios del tomate, pepino y chile bell aumentaron entre 15 y 30% en cuestión de días. Con Florida paralizada, los compradores estadounidenses están girando su atención hacia México.
En las próximas semanas, los exportadores mexicanos alcanzarán su pico de producción, justo cuando Estados Unidos enfrenta escasez de hortalizas frescas. Los grandes distribuidores buscan proveedores confiables que puedan garantizar volumen, calidad e inocuidad durante los meses de invierno.
Las empresas exportadoras deberán mantener la cadena de frío, cumplir con los estándares sanitarios y evitar saturar el mercado. La clave está en aprovechar la coyuntura con visión de largo plazo y consolidar relaciones comerciales estables.
Tomate