El Tomato Suspension Agreement: una decisión comercial que impacta mucho más que al tomate

René Tort Llanos

jueves, 15 de mayo de 2025

En un momento donde la inflación alimentaria continúa afectando a millones de familias en Estados Unidos, resulta esencial detenernos a reflexionar sobre el impacto que tendría la posible terminación del Tomato Suspension Agreement (TSA), vigente desde hace casi tres décadas entre México y EE. UU.

Este acuerdo no es simplemente un instrumento técnico de comercio internacional. Es un pilar de estabilidad para una de las cadenas de suministro más importantes de productos frescos en Norteamérica. Gracias al TSA, Estados Unidos ha podido garantizar a sus consumidores un abasto continuo y accesible de tomates durante todo el año, especialmente en los meses en que la producción nacional no cubre la demanda.

Una interrupción costosa

De acuerdo con datos del USDA, en 2023 México suministró aproximadamente el 70% de las importaciones de tomate fresco en EE. UU., con un valor comercial de $2.7 mil millones de dólares. Si este acuerdo se cancela, y se impone un arancel (cuota) antidumping del 17%, como ya se ha planteado, un estudio de Texas A&M University anticipa un aumento de hasta 50% en los precios del tomate, dependiendo de la temporada y la variedad. En otras palabras, el costo se trasladará directamente al consumidor final.

Empleo y competitividad en riesgo

El mismo estudio calcula que esta medida podría resultar en la pérdida de más de 50,000 empleos en EE. UU., principalmente en sectores como la logística, distribución y retail, ubicados en estados fronterizos como Texas y Arizona. Adicionalmente, se estima que las cadenas de supermercados sufrirían una caída de $7.5 mil millones en ingresos debido al encarecimiento del producto y la disminución en el volumen de ventas.

Más allá de las cifras, debemos entender que el TSA ha funcionado como un acuerdo equilibrado que protege tanto a productores estadounidenses como a los mexicanos, mediante precios mínimos de referencia, controles de calidad y mecanismos de inspección. Este modelo ha evitado disputas comerciales mayores y ha contribuido a la integración económica regional.

¿Cuál es el camino responsable?

Reconocemos que ningún acuerdo es perfecto. Existen legítimas preocupaciones por parte de algunos productores en Florida, y es válido discutir cómo adaptar el acuerdo a las nuevas realidades del mercado. Sin embargo, la solución no es cancelar, sino modernizar.

Renegociar el TSA nos permitiría:

  • Incorporar mejores prácticas de transparencia y trazabilidad.
  • Asegurar precios más justos para todos los participantes.
  • Fortalecer la cooperación binacional en sanidad, logística y sostenibilidad.
  • Evitar una ruptura que afectaría gravemente a los consumidores y a toda la cadena agroalimentaria.

Una responsabilidad compartida

Como productores responsables, estamos dispuestos a participar activamente en un proceso de diálogo y actualización del acuerdo. La agricultura moderna debe basarse en la colaboración, la eficiencia y el comercio justo. El futuro de nuestras economías está entrelazado, y proteger acuerdos que han demostrado funcionar no es una concesión: es una decisión estratégica.

La estabilidad del TSA no es un favor para México, es una necesidad para la seguridad alimentaria, la competitividad y el bienestar económico de millones de personas en ambos lados de la frontera.

Tomate

© 2025 Editorial Agro Cultivos S.C de R.L de C.V.